Cuándo escuchas hablar de ejercicio de fuerza en el proceso oncológico, esto suele ser lo que te dice (tu cabeza) y/o que dicen (los demás):

Frenos mentales relacionados con tu estado físico:

– “Tengo dolor articular.”
– “Estoy agotada.”
– “Tengo náuseas.”
Todos lógicos. Estamos hablando de cáncer.

Creencias relacionadas con las "autoridades" médicas:

– “El médico me dijo que solo camine.”
– “Que no levante el brazo operado.”
– “Que mejor no haga esfuerzos.”

Recomendaciones bienintencionadas (pero sin criterio), de tu entorno:

– “Mi cuñada dice que eso no sirve para nada.”
– “La vecina lo pasó con yoga y pilates.”
– “Mi marido dice que este mes no, que ya veremos más adelante.”
– “¿Otro gasto? Si ya estás haciendo la cura del hospital…”

Mira, paro. Porque podría seguir hasta mañana.

Pero quiero dejar algo claro:

✅ Más de 30 años de estudios avalan el ejercicio durante el tratamiento.
✅ Mejora la eficacia de los fármacos.
✅ Ayuda a eliminar antes sus tóxicos.
✅ Disminuye los efectos secundarios.
✅ Reduce el riesgo de recaída hasta un 50% (con solo 1 sesión de ejercicio por semana).
✅ Y disminuye la mortalidad por cáncer hasta un 20%.

¿Ahora entiendes porque ninguna de esas barreras representa un impedimento real para empezar a moverte, aunque estés en tratamiento?

Es por ello, que hemos creado "Llega fuerte a tu tratamiento" : un plan de 7 días de entrenamiento de fuerza, para preparar tu cuerpo antes de los tratamientos y así enseñarte a moverte "como toca", para que tu cuerpo pueda eliminar los tóxicos (reduciendo el riesgo de interrumpir las terapias), y que los fármacos hagan más efecto, potenciando su función.